Los
fenómenos paranormales nunca han sido temas respetables para los portavoces
oficiales de nuestra cultura, ya sean científicos, académicos, prensa seria o
representantes de la Iglesia. El trato que siempre han recibido por parte de la
cultura oficial contrasta vivamente con la continua atención obtenida en la
cultura popular, que ha tratado de explicarlos con todo tipo de teorías
extravagantes, sensacionalistas y pseudocientíficas. Patrick Harpur reprueba
estas dos actitudes. La primera, por esquiva, al eludir las preguntas que, a su
juicio, deberían suscitar tales fenómenos sobre la naturaleza de la realidad y
de la mente; la segunda, por ingenua, al tomar estas apariciones en su sentido
literal. Para Harpur se trata de fenómenos puramente psíquicos; pero la
«psique» es el mundo, no sólo nuestras mentes individuales.
De esta manera,
todos los seres fantásticos que han aparecido a lo largo de la historia -hadas,
dáimones, divinidades, animales, fantasmas, damas blancas, enanos, Yetis,
ovnis, etc.- pertenecen a la esfera de la Imaginación o, como denominaron los
neoplatónicos, «Alma del Mundo». El error, dice Harpur, es negar y reprimir
estas manifestaciones, pues cuanto más se reprimen, más patológicamente
retornan. Tanto Realidad daimónica como El fuego secreto de los filósofos
constituyen una de las aportaciones más coherentes y lúcidas de estos últimos
años sobre el inefable mundo de la Imaginación.
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